Por: Blanca Araujo
Fecha de publicación: 29/05/08
El inefable Yongo está comenzando a recibir las consecuencias de su alianza y respaldo a la juventud santacruceña de Bolivia, el escuálido respaldo de los estudiantes a la marcha del miércoles 28, así parece demostrarlo. A esto se suma, los 500 mil dólares que le pagó la derechista organización Milton Friedman por sus acciones desestabilizadoras emprendidas en Venezuela. Ambos aspectos aceleran la caída del líder estudiantil más gris de nuestra historia.
En esta oportunidad, sus desfasados argumentos merecen el cuestionamiento de las mayorías y el rechazo de sus compañeros de aula. Pedir seguridad social para los trabajadores independientes es una consigna que suena a hipocresía después que ese mismo sector rechazó esta proposición en el pasado referéndum sobre la Reforma Constitucional. Más desproporcionados parecen sus gritos de “queremos elegir” a unos pillos que han sido inhabilitados por sus desatinados manejos administrativos en el ejercicio de cargos públicos. Otra torpeza que revela su desconocimiento de valores éticos.
Yongo fue a Santa Cruz de Bolivia a darle ánimo, asesoramiento y respaldo a una juventud que dice llamarse estudiantil, pero el uso de símbolos nazis (cruz gamada, lentes oscuros, objetos contundentes para agredir a sus víctimas), sus agresiones en cambote contra indígenas desprotegidos, discriminaciones raciales, actos delictivos e inhumanos, la convierten en uno de los grupos más fascistas y criminales de Latinoamérica y del mundo, que ha revivido los tristes episodios de la Alemania nazi. Su desprecio por la población indígena de su país, que es la mayoría, lo demuestra una página blog de uno de sus miembros: “Hacer negocios con collas (indígenas) es salir cagado.”
La juventud venezolana que sigue a líderes estudiantiles como Goico, Sánchez y Stalin González es sifrina y poco analítica, pero aún tiene respeto por el ser humano. Considera que nadie es superior a otro por tener más dinero. Quizás por eso, al ver que las ideas de su líder (si es que alguna vez las tuvo) tienen precio y están ligadas a sectores racistas, retrógrados y salvajes como la juventud santacruceña de Bolivia, prefirió alejarse de este movimiento estudiantil que desde sus inicios dio muestra de carecer de planteamientos profundos e innovadores que en nada tienen relación con sus gritos de “libertad y democracia.”
baraujoxxi@yahoo.com
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