viernes, 22 de octubre de 2010

EL AJUSTE LLEGA A LOS PAISES ENRIQUECIDOS

22 de octubre de 2010, 02:37 PM
Télam

por Walter Moore


Los desórdenes callejeros en Francia tienen como trasfondo la profunda crisis económica, que cambia radicalmente la realidad de una riqueza constantemente incrementada a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.




Video casero: por Gabriela Ponce

La aplicación de las recetas del FMI de "ajustar" (léase "achicar") sus economías tienen sus repercusiones en lo que el General Perón llamaba "la víscera más sensible, el bolsillo" de su población, que reacciona saliendo a las calles a quemar autos.

En este esquema se incluyen las políticas conservadoras del presidente Nicolas Sarkozy, pretendiendo reducir el déficit estatal en un momento en el cual se cierne sobre su país una gran depresión, estrategia que no hace más que agravar los problemas económicos de su país. Los argentinos lo sabemos por experiencia propia.

Francia tiene un déficit déficit fiscal del 8% anual, a lo que se agrega un déficit comercial de € 4.900 millones, ocasionado fundamentalmente por la importación de petróleo.

No están solos. A su vez, Inglaterra con un déficit fiscal del 10,1% de su PBI toma medidas "de austeridad" que dejarán a 490.000 empleados públicos sin trabajo y se estima que expulsará a una cantidad igual de empleados por el sector privado.

El recorte de la edad jubilatoria ha generado una reacción en las calles francesas (que movilizó también a jóvenes que ni piensan en jubilarse), manifiesta que el problema jubilatorio no es nada más que la parte superior del iceberg de los errores económicos fomentados desde las usinas del monetarismo, que promovieron el "dinero fácil para hoy, y mañana veremos". Y el mañana se hizo, finalmente, presente.

Mientras las grandes corporaciones instaladas en los enriquecidos países del Atlántico Norte sacaban sus industrias de los países madre, para instalarlas donde pudieran obtener mayores beneficios gracias al pago de menores salarios, se privaban de distribuir este dinero en sus propios países.

Es así como el déficit comercial de la Unión Europea con China crece constantemente, llegando a 71.000 millones de euros en el primer semestre de 2010.

China trabaja y Europa consume. Esa es una situación insostenible en el tiempo, y la prueba es que la economía francesa entra en recesión por primera vez desde hace 15 años. Esta crisis se refleja en la opinión pública. Encuestas de opinión difundidas esta mañana por las cadenas informativas iTelé, France24 y BFMTV, dieron cuenta del firme apoyo (un 69 por ciento) de la población francesa a huelgas y actos de repudio a las reformas a la legislación de jubilaciones.

Las simpatías de los ciudadanos por el movimiento social que arrancó en junio pasado y cobró mayor dinamismo en septiembre y octubre conservan sus altos niveles, aún cuando hoy gozan de un período de vacaciones escolares de 10 días.

Este proceso llegará a conmover a todos los países de la Unión Europea, según apreciaciones de Wilhelm Hankel, un reconocido experto alemán en materia de finanza, cuestiones monetarias y economista de formación clásica, para el cual la actual crisis es el resultado de las manipulaciones políticas ejercidas por la poderosa oligarquía y las castas que gobiernan dentro de la Unión Europea, confirmando el carácter antidemocrático de sus tomas de decisión, pues no consultan al pueblo europeo de sus acciones.

Hankel establece una similitud entre la crisis actual con lo sucedido en el siglo pasado, "cuando los alemanes sufrieron dos inflaciones, perdieron sus ahorros, su futuro ya no estaba garantizado, sus pensiones les fueron confiscadas. Y lo más importante es que la sociedad toda se vio modificada. La joven democracia de la República de Weimar; fue bruscamente reemplazada por una dictadura de la desesperación. Es así como hay que ver las cosas. Una parte del pueblo escogió la dictadura de izquierda, la dictadura comunista, y la otra, la burguesía, escogió la dictadura de derecha. Pero yo estoy convencido de que muchos no habrían optado por ninguna de las dos si su situación económica hubiese sido satisfactoria".

Para Hankel las políticas estatales "para ayudar a los Estados" no existen, pues no se está ayudando a los Estados sino a los bancos que tomaron ese dinero de los países que enfrentan dificultades. La ayuda, en realidad, está destinada a un sistema bancario que se metió en negocios poco serios e indujeron a los Estados a poner en práctica una política financiera poco seria.

Hankel afirma: "Nosotros sospechamos que la clase política alemana ha perdido todo contacto con los problemas e inquietudes del pueblo, y es por eso que mencionamos esa idea en el primer párrafo de nuestro anuncio. Se trata de un fenómeno peligroso. La democracia vive en la medida en que el gobierno defiende los intereses del pueblo. Pero lo que está defendiendo aquí son los intereses de los bancos, los de los burócratas de la Unión Europea, quienes defienden sus propias prebendas. Ellos no viven para Europa sino de Europa".

Y luego denuncia que "Es Francia quien está detrás de este golpe de Estado de la Unión Europea. Pues cuando analizamos las cifras, podemos comprobar que Francia está casi en la misma situación que los países que están pidiendo la ayuda".

LA REBAJA DE LA EDAD JUBILATORIA EN FRANCIA Es parte de la estrategia del presidente Sarkozi para bajar el déficit fiscal, pero existe un problema estructural que no se resuelve haciendo trabajar un par de años más a los que están legalmente registrados. La verdad es existe un cambio en la pirámide de población de los países europeos.

La gran expansión europea en el siglo 19 fue posible porque Europa había ganado la "carrera demográfica" a los otros continentes, al crecer tanto la cantidad de niños vivos como el alargamiento de la edad de defunción.

Hoy sucede todo lo contrario. Los países empobrecidos tienen un rutilante crecimiento demográfico y busca recuperar algo de la prosperidad que les fuera arrebatada por los países enriquecidos, mudándose a ellos. Pero gran parte de estos inmigrantes no son reconocidos como ciudadanos plenos, por lo tanto ni ellos, ni sus patrones aportan al sistema jubilatorio.

El problema humano y social del trabajo se ha convertido en una ecuación financiera y como cada vez que se impone a la población este tipo de abstracciones, se produce un estallido. Esta situación está agravada porque un grupo de delincuentes financieros se ha apoderado del dinero sacado a los trabajadores con el cuento de que se lo devolverán cuando sean viejos, y lo han utilizado para que las grandes empresas, se apoderen de las empresas formadas con el trabajo de generaciones, como ha sucedido en nuestro país en el caso de las empresas de servicios públicos.

El actual sistema jubilatorio fue estructurado en base a una idea de constante progreso y estabilidad económica, pero se encuentra que en el siglo 21 existen cambios estructurales en la creación de riqueza, los cuales no permiten predecir que los países enriquecidos sigan conservando los mismo privilegios que en los dos siglos anteriores.

La actitud de despectiva superioridad que asumieron habitantes de los países enriquecidos ante los pobladores del Tercer Mundo, son la rémora de un pasado que no volverá.

Wálter Moore es periodista y economista.

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