30.6.11
En una guerra, y la Revolución Pacífica lo es, hay batallas principales y batallas secundarias.
La batalla principal es aquella donde el enfrentamiento con el enemigo es directo, decisivo, y define el resultado estratégico. Esta batalla cambia de escenario, de teatro de operaciones. Recordemos, en un momento fue el sabotaje petrolero, en otro la batalla principal se trasladó al desabastecimiento, varias veces se sitúa en las elecciones.
Hoy la batalla principal se ubica en el Comandante Chávez. Los oligarburgueses, derrotados en todos los escenarios donde han presentado la cara, ahora embisten directamente contra el líder de la Revolución. Su objetivo es fracturar la conexión amorosa Chávez-Pueblo, saben que éste es el pilar fundamental de la Revolución.
Es así, el imperio, estudioso de las situaciones que ponen en peligro su sistema, conoce que la rebelión social se encarna en un líder, la masa revolucionaria se resume en ese líder.
Cuando esto sucede, cuando esta conexión masa-líder se establece, el proceso es invencible. Simón Bolívar compendia la Independencia, Zamora el sacudón de la Federación, Allende sintetiza aquel intento de tomar el cielo por asalto, Torrijos es la concreción de la esperanza panameña, Lumumba es símbolo de la rebelión de todo un continente… todos asesinados por el imperio, que de esta manera rompió la conexión líder-masa y frustró los intentos redentores.
Hoy pretenden romper esa conexión que hace posible a la Revolución Bolivariana, su objetivo directo es Chávez, contra él enfilan todas sus armas. Intentan desprestigio, susurran desgaste, difunden mentiras, siembran la cizaña de la división, propagan descontento en el pueblo humilde, le prometen cariño como el beso de judas, le proponen deslealtad.
Los plumíferos y filosofastros de aquí y de allá inventan teorías para debilitar la conexión, a todo líder lo asimilan con hitler, pero no con Bolívar, Torrijos, Zamora, o Lumunba. Hablan de hiperliderazgo, hurgan en la basura buscando soportes a la contrarrevolución y al reformismo.
La batalla principal sucede alrededor de Chávez. Era de esperar, la proximidad del 2012 requiere acentuar la embestida para fracturar la conexión amorosa. Hoy ven oportunidad en su dolencia. La pregunta que surge es:
¿Cómo enfrentar la ofensiva?
Lo primero, es entender la defensa de Chávez como la defensa de la esperanza que un día se frustró en Santa Marta y que renació el 4 de febrero.
Lo segundo, es el compromiso desde el corazón, de que ahora el Gólgota, el Palacio de La Moneda, el magnicidio de San Carlos, San Pedro Alejandrino ¡no se repetirán! Estaremos al lado de Chávez por sobre todas las manipulaciones que el enemigo pueda hacer, por encima de todas las dudas estaremos con Chávez.
Lo tercero, es imprescindible organizar el amor a Chávez, los Comités de Resteaos son excelente iniciativa.
Lo cuarto, interiorizar que la unidad alrededor de Chávez y el Socialismo son sagrados.
Por último, que si se meten con Chávez desatarán un volcán de ira nunca visto en el continente… se arrepentirán.
¡Con Chávez más resteados que nunca!
viernes, 1 de julio de 2011
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