miércoles, 3 de diciembre de 2008

NINGUNA REVOLUCIÓN ENTREGA A SUS LÍDERES

3.12.08









Tal como se vaticinaba, al dar espacio a los oligarcas la amenaza se activó. Las posiciones que conquistaron en las elecciones, fueron suficientes para que mostraran el colmillo fascista.

No transcurrió una semana para que los engañados que les dieron su voto entendieran las verdaderas intenciones de los sifrinos oligarcas y el fraude de sus afiches abrazando a gente del pueblo. Los oligarcas nuevamente se ensañaron con las conquistas populares.

Los que creían que con las elecciones se podrían resolver las contradicciones sociales, los ingenuos que pensaban que ya la época de abril y diciembre había pasado, los cándidos que los invitaban a sus programas, en aras de un supuesto equilibrio democrático, amanecieron el mismo 24, un día después de las elecciones, espeluznados con las noticias, en todo el territorio la baba de la fiera se sintió sobre las Misiones.

Bien dice el Comandante: “si eso lo hacen con esa pequeña victoria, no quiero ni pensar lo que harán si triunfan, si consiguen tumbar al gobierno revolucionario”.

Es evidente que estamos sumergidos en un enfrentamiento que sólo se resolverá cuando uno de los contrincantes se retire del campo de batalla. Es el enfrentamiento entre el pueblo humilde y su Revolución, enfrentado a los oligarcas y sus pretensiones de seguir con su sistema de privilegios, el capitalismo que favorece a los poseedores y condena a las grandes mayorías a la miseria espiritual y material.

No hay que llamarse a engaño, la confrontación entre los oligarcas y los humildes, que vienen desde el principio de la nacionalidad, es un enfrentamiento cruento y cruel, violento, así lo muestra la historia, que sólo se resolverá cuando la oligarquía carezca de fuerza, pierda su capacidad de engaño para atacar los anhelos libertarios de los humildes, de sabotear los intentos de redención, de concretar los sueños del Libertador.

Nuestro campo revolucionario es fuerte, muy fuerte: el pueblo consiguió parir un líder que lo resume, con él tenemos una conexión amorosa que es indispensable para hacer Revolución. Contamos con un objetivo claro, el Socialismo, hacia allá afinamos nuestra teoría y práctica.

Ya el pueblo, la Revolución, comienza a diseñar sus formas de organización política y social, las ajusta, las experimenta.

Los oligarcas también tienen fuerza, cuentan con apoyo internacional, con un objetivo claro, el capitalismo. Cuentan con nuestra sumisión a las costumbres y las leyes que han perpetuado su dominación, con nuestro apego a cadenas por nosotros mismos construidas, nuestra ignorancia y nuestro miedo.

Ahora con leguleyismos pretenden que cándidamente, ingenuamente, sin disparar un tiro, entreguemos a Chávez, nos desprendamos de nuestro líder, pieza fundamental de esta Revolución.

Serán derrotados nuevamente, la Revolución, el pueblo, defenderá el derecho a continuar avanzando, entera: líder, pueblo, idea, acción, no cederemos nada, al contrario, profundizaremos la Revolución.

A los oligarcas no le entregaremos al Comandante, que es entregar a la Revolución. Defenderemos a la Revolución con la Enmienda, no entregaremos el sueño.

¡Chávez es Socialismo!
¡La Enmienda es defensa de la Revolución!

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