La Primera República, impulsada por la Sociedad Patriótica, con participación de Simón Bolívar y Francisco de Miranda, entre otros, y que se consolida con la firma del acta de independencia el 5 de julio de 1811, concluye con la derrota de las fuerzas revolucionarias por el ejército español, comandado por Domingo de Monteverde; Bolívar, junto a otros patriotas, se refugia en la Nueva Granada, en donde organizaría las fuerzas para emprender la Campaña Admirable, la cual sería parte de la larga guerra de independencia, venezolana y suramericana. Sobre este tema, el profesor Héctor Navarro, miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, compartió con el equipo de prensa del partido, algunas reflexiones de carácter fundamentalmente político de esta importante etapa de la gran jornada independentista continental.
Al principio, la lucha por la independencia se plantea como una especie de guerra civil, con muy poca iniciativa popular, eran los mantuanos contra los mantuanos. Era la oligarquía criolla versus la oligarquía española, lo cual no estaba muy bien definido porque, al fin y al cabo, se era español nacido en España o español nacido en América (el español criollo y el español peninsular), indicó Héctor Navarro.
Al principio, la lucha por la independencia se plantea como una especie de guerra civil, con muy poca iniciativa popular, eran los mantuanos contra los mantuanos. Era la oligarquía criolla versus la oligarquía española, lo cual no estaba muy bien definido porque, al fin y al cabo, se era español nacido en España o español nacido en América (el español criollo y el español peninsular), indicó Héctor Navarro.
Los españoles criollos eran propietarios de tierras y otros medios de fortuna, pero carecían de derechos importantes, especialmente en el gobierno y en el comercio, no tenían la posibilidad de comerciar directamente con otras colonias. Por ello, estaban interesados en obtener los plenos derechos, para lo comercial y también para lo político; “pero en este proceso de independencia no participaban los esclavos, ni los campesinos”, aseguró Navarro.
Francisco de Miranda, quien tenía una gran formación y experiencia por su participación en ejércitos de Europa y en la independencia norteamericana, conocía la dirección de ejércitos consolidados, “le tocó tratar de construir un ejército con campesinos, con peones y con esclavos y sin oficiales formalmente entrenados para las funciones de dirección de un ejército, para combatir a las veteranas tropas del imperio español, que eran profesionales, bien estructuradas y con armamento; y a mi modo de ver Francisco de Miranda no comprendió la naturaleza de la verdadera tarea, lo que trajo como consecuencia que dijera aquella famosa frase: Bochinche, bochinche, esta gente lo que quiere es bochinche. Él no pudo hacer de los venezolanos un ejército”, expresó el profesor Héctor Navarro.
Simón Bolívar en el Manifiesto de Cartagena, a fines de 1812, hizo un análisis de las razones por las cuales se perdió la Primera República, e indicaba: “Tuvimos filósofos por jefes, filantropía por legislación, dialéctica por táctica y sofistas por soldados”. En una etapa donde cada conspiración era perdonada y seguida por otra conspiración que de nuevo era perdonada.
Después de la caída de la Primera República, Bolívar, quien había sufrido la derrota militar de Puerto Cabello, se refugia en la Nueva Granada, que se mantenía independiente, aunque bajo constante amenaza del ejército español. Allí ingresó al ejército con el rango de Coronel y consiguió que le asignaran tropas, “las cuales se las dieron a regañadientes y con un papel muy subordinado, con la misión de contrarrestar la presencia de españoles en algunos sitios particulares. Pero nunca para que se diera la guerra de independencia y mucho menos para que saliera de las fronteras neo granadinas”, explicó el profesor.
Desde allí Simón Bolívar, con el objetivo de liberar a Venezuela, durante una conversación con su jefe militar, el general granadino José Camilo de Torres Tenorio, presidente de La Unión Federalista o de la Confederación de la Nueva Granada, le dijo:“Así como Jerusalén fue la cuna del Cristianismo, Caracas será la cuna de la Independencia Americana y en siete meses estaré allí”, “La Tierra que me vio nacer temblará, será libre y se cubrirá de gloria”.
Campaña Admirable
El coronel Simón Bolívar cumplió exitosamente las misiones militares que le fueron encomendadas, entre ellas: salir victorioso en Cúcuta; logró algunos éxitos locales, y desobedeciendo las órdenes del gobierno de Nueva Granada, decide invadir Venezuela y concretar un heroico y no convencional recorrido de batalla, que se conocería para la posteridad como la Campaña Admirable.
“Venía acompañado fundamentalmente por algunos oficiales que después de la pérdida de la Primera República se habían refugiado en la Nueva Granada. Esta decisión de cruzar las fronteras significaba que él y todos sus acompañantes habían desobedecido el mandato del gobierno de la Nueva Granada... Atanacio Girardot, neogranadino, así como Rafael Urdaneta y José Félix Ribas, lo acompañan en todo el recorrido”, explicó Navarro.
Al pisar territorio venezolano, en San Antonio del Táchira, el 1 de marzo de 1813, Simón Bolívar proclama: “Soldados, vuestro valor ha salvado la Patria, surcando los caudalosos ríos del Magdalena y el Zulia; transitando por páramos y montañas; arrastrando la sed, el hambre y el insomnio; tomando las fortalezas de Tenerife, Guamal, Banco y Puerto de Ocaña; combatiendo en los campos de Chiriguaná, Altos de La Aguada, San Cayetano y Cúcuta; reconquistando cien lugares, cinco villas y seis ciudades en las provincias de Santa Marta y Pamplona”; de esta manera Simón Bolívar arengaba a la tropa con la que había alcanzado distintas victorias en Nueva Granaba, y con la cual llegaría victorioso hasta Caracas.
Recorrido de la Campaña
Esta campaña se inició el 14 de mayo de 1813, recorriendo en nuestra Patria: Táchira, Mérida y Trujillo (segunda provincia fronteriza). A Trujillo llega de Mérida pasando por el Páramo de Mucuchíes a Mendoza y continuando con la Tropa Redentora y Libertadora a la ciudad de Boconó, para pasar por Portuguesa, Barinas (bastión realista, llamada “La Caracas Chiquita”, porque tenía 25 mil habitantes en esa época), Ospino, Araure, Siquisique, Carora, El Tocuyo, Quíbor, Barquisimeto, Los Horcones, Nirgua, Cabudare, Gamelotal, Apartaderos, Cujicito, Caramacate, La Ceiba, San José, San Carlos, Tinaco, Tinaquillo, Sabana de Taguanes, Los Pegones, Valencia, Maracay, Los Teques y Caracas.
Las principales contiendas fueron: Batalla de Agua de Abispo, Batalla de Niquitao, Batalla de Los Horcones y Batalla de Taguanes, en las cuales el ejército patriota resultó victorioso.
La Lealtad de la Tropa
El profesor Héctor Navarro destaca que al inicio de la campaña, en La Grita, Bolívar dirigiéndose a quienes lo habían acompañado les dijo: “Los que quieran seguirme hasta Caracas pueden hacerlo, los que no estén de acuerdo con ello tienen ahora el tiempo de volverse atrás”, y fue cuando Urdaneta, siempre leal a Simón Bolívar, dio el primer paso y dijo: “General, si con dos hombres bastara para emancipar la Patria, pronto estoy a acompañarlo a usted”.
Las prematuras traiciones de Santander
“Santander en aquella época le hizo mucho daño al Libertador, escribiendo algunas cosas en las que aparentemente apoyaba a Bolívar, mientras que por otro lado escribía con el seudónimo de El Colombiano, donde decía que el Libertador era un hombre desquiciado, de excesiva audacia que sólo quería sacrificar su tropa por un problema de personalidad”, indicó Héctor Navarro.
“En ese mundo de intrigas, el futuro Libertador comienza a construir su ejército y entiende la importancia del tema político y de la política; comprende la necesidad de demostrar que podía levantar y dirigir un ejército capaz de sumar rápidamente muchas victorias”.
Es una campaña en la cual él aprovecha oportunidades que le da el enemigo y con una técnica fundamentalmente de guerra de guerrillas va obteniendo victorias que lo llevarían, en un muy corto plazo, al objetivo político fundamental que era llegar a Caracas, donde se iba a consolidar como el líder de la Revolución.
Bolívar proclamado como Libertador
Cuando Bolívar llega a Mérida, el 23 de mayo de 1813, el pueblo lo aclama como Libertador, siendo la primera vez que así se le llama. El Concejo de esta ciudad, presidido por Luis María Rivas, le saluda en sesión especial con estas palabras: “¡Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano general! Que vuestra mano incansable siga victoriosa destrozando cadenas, que vuestra presencia sea el terror de los tiranos y que toda la tierra de Colombia diga un día: Bolívar vengó nuestros agravios”.
Decreto de Guerra a Muerte
Escrito en pleno desarrollo de la Campaña Admirable, el Decreto de Guerra Muerte es el documento elaborado por el Libertador que más críticas ha tenido, por su contundencia y las acciones que generó; el texto marcó la historia de este periodo; allí Simón Bolívar expresó: “...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.
El Decreto de Guerra a Muerte buscaba unificar, por las buenas o por las malas, las fuerzas independentistas, “si lo analizas descontextualizado es una cosa sanguinaria, terrible, pero resulta que ya la guerra a muerte se venía produciendo porque los españoles (y para ser honestos, también algunos patriotas) la venían aplicando consistentemente. Entonces el Libertador lo que hizo fue admitir que existía una guerra a muerte con la fuerza del terrorismo que había desatado Monteverde, para volcarla contra los propios españoles”, y lograr una unidad, como diría Bolívar alguna vez: “no siempre voluntaria pero siempre constante”, dijo el dirigente socialista.
Entrada a Caracas
El 6 de agosto de 1813, con la entrada triunfante del Libertador a Caracas, Bolívar, después de recibir, ahora de Caracas el Título de Libertador, en un gesto de solidaridad pura, de justicia y de reconocimiento, reclama y consigue el título de Libertadores para los bravos granadinos y venezolanos que forman su ejército.
Ahora en Caracas, aclamado como Libertador, él comprende que la Campaña Admirable es sólo el inició de una contienda que será feroz y prolongada.
Alcances políticos y enseñanzas de la Campaña Admirable
“A partir del análisis hecho por el Libertador en el Manifiesto de Cartagena, donde exponía las razones (incluyendo graves errores tanto tácticos como estratégicos, tanto políticos como militares) de la pérdida de la Primera República, de alguna manera se comienza a dibujar con grandes pinceladas lo que debería ser la República y se asume el carácter continental de la guerra de independencia”, dijo Navarro.
“La Campaña Admirable no significaba para Bolívar, de ninguna manera, la ocupación y defensa del territorio y la derrota definitiva de las fuerzas del imperio español. La Campaña Admirable tenía, a mi modo de ver, un objetivo mucho más político que militar: el objetivo de la creación de conciencia de república, de unidad, de soberanía, preparación del pueblo para la guerra y la obtención de las armas que luego serían necesarias para lo que vendría después, la verdadera y profunda guerra de independencia”, expresó el profesor Héctor NavarroEl año de 1813 fue de forja para El Libertador como estratega político y militar. En esta época, él consolidó las ideas de independencia, de República. Además, las derrotas sufridas a la postre en el campo militar, especialmente por la acción de los llaneros comandados por Boves, lo llevaron a comprender la necesidad de incorporar a las clases populares a la causa libertaria, teniendo como premisa principal la abolición de la esclavitud y la unidad latinoamericana.
Fue una etapa de permanentes derrotas perpetradas por Monteverde y luego por Boves, donde Simón Bolívar demostró constancia y determinación, generando las condiciones que le permitirían iniciar la verdadera etapa de independencia continental.
La campaña de victorias en la guerra de independencia comienza en 1818 con el control del territorio del sur en Angostura y del territorio de Oriente con Antonio Mariño; y con la victoria política del Congreso de Angostura; para iniciar un recorrido que le daría fin al control del imperio español de las tierras del sur de América, en un ciclo de triunfos con la batalla de Boyacá en 1819, la batalla de Carabobo en 1821, la batalla de Pichincha en 1822, la batalla de Junín en agosto y la batalla de Ayacucho en diciembre de 1824.
Bolívar conoció mejor que nadie, la geografía social y física de nuestra América: “En un continente de hombres rudos; para ganarse el liderazgo entre los llaneros, con un Páez, había que fajarse a cuchillo, a lanzazos, y el Libertador tenía que moverse ahí, en ese terreno, siendo un intelectual, acostumbrado a los bailes y conciertos, a las cortes europeas”.
“El Libertador era un hombre que nació con bienes de fortuna, acostumbrado a las comodidades. Hay que pensar entonces en esa arcilla original de la cual estaba hecho y que le permitió moldearse para posteriormente convertirse en líder de pueblos y en Libertador”, indicó finalmente el profesor Navarro, al tiempo que expresó que Bolívar, en su condición de individuo histórico, siempre estuvo consagrado al combate y al trabajo para alcanzar sus objetivos, ya que como verdadero guerrero nunca tuvo descanso.
Simón Bolívar dejó para la humanidad un legado de ideas visionarias, con su pensamiento antimperialista, su perseverancia y hazañas quijotescas, las cuales hoy son fuente de inspiración para los revolucionarios y revolucionarias de la humanidad.
Prensa PSUV
14/05/2013
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