Por: Agencia Bolivariana de Noticias (ABN)
Fecha de publicación: 19/04/10
Al hacer remembranza de la historia impartida en las escuelas, difícilmente encontramos la participación del pueblo en los sucesos del 19 de abril de 1810 y los que precedieron esta fecha.
Hay incluso quienes decidieron no celebrar la llegada del Bicentenario, pues lo consideran un desacato a las instituciones de la época y no un primer grito de lo que se traujo, 14 meses después, en la firma del Acta de Independencia.
La rebelión de José Leonardo Chirinos es consideraba la más importante en la época de la Colonia.
Todo esto se traduce en la visión que por años se ha transmitido en las escuelas, la cual muestra una tendencia a exaltar el liderazgo de las élites de entonces, retratada bajo una concepción burguesa, eurocéntrica y foránea.
Alexander Torres, coordinador de estrategia del Centro Nacional de Historia (CNH), señala que el problema de la enseñanza de la historia es muy complejo y tiene varias dimensiones.
Refiere el historiador que por un lado existe una dimensión curricular, que tiene que ver con la formación docente, los programas de estudios, las estrategias, métodos y recursos que utilizan los educadores en aula; y por el otro, está el problema de los manuales donde son invisibilizados las rebeliones afrodescendientes y otras minorías.
“¿Qué libro cita el Negro Miguel en Buría? Son invisibilizados los movimientos indígenas. ¿Quién habla por ejemplo de los Jirajaras? Y lo que más o menos se mantiene con el mote de preindependentistas o precursores son los tres movimientos tradicionales: José Leonardo Chirinos en 1795; Gual y España y las expediciones de Francisco de Miranda”, destacó el investigador.
Desfile del 19 de Abril 2010. Los deportistas, debutantes en un evento de esta naturaleza, con uno de los estandartes más vistosos.
Torres subraya que en los casos de los llamados “movimientos pre independentistas”, se habla del alzamiento Chirinos, señalando este hecho bajo una connotación despectiva, “un alzamiento, un alzado, persona que desacata, nunca se habla de un movimiento revolucionario”.
Igualmente, en el caso de Gual y España, se describe el hecho como una conspiración y a las acciones de Miranda las califican. “Es decir siempre la visión eurocéntrica, de afuera, lo que atenta contra los intereses hispánicos o lo que atenta contra los intereses de los blancos criollos”.
Para el investigador del CNH, es interesante observar como todos estos movimientos en los libros de enseñanza tradicional de la historia se tratan como preindependentistas o precursores, lo que quiere decir que el momento áureo de Venezuela que es la independencia no es autoría de los negros ni zambos ni indígenas, si no del patricidio criollo.
“Hay una exaltación a la independencia y en esa búsqueda de exaltación de la independencia solapa cualquier movimiento que no sea liderado por los blancos criollos; por eso se utiliza el sufijo pre, es decir, no es legitimo, no es independentista José Leonardo Chirinos que pidió la abolición de la esclavitud, la ley de los franceses; no es independentista el movimiento de Gual y España, quienes hablaron de las ordenanzas de un gobierno republicano, de igualdad social entre las clases; ni el mismo Miranda que habló de la posibilidad de un incanato mezclados con instituciones inglesas y una independencia y una unidad hispanoamericana”, destacó Torres.
Nudos históricos de subordinación
El investigador refiere que la historia entraña tanta complejidad que existe un vaso comunicante entre la historia escrita y su enseñanza, que cuando quienes escriben la historia o lo hacen distorsionadamente o todavía no han conseguido los métodos para explicar los hechos, se crean los nudos historiográficos y los dilemas didácticos, situación que ha ocurrido con la historia venezolana.
Indicó que cuando se hace la lectura de los fenómenos externos que aceleran el proceso de la conjura de los mantuanos el 19 de abril, no puede tomarse esa visión causa-efectista, lo cual es lo peligroso de ciertas miradas y que está en los libros y que siguen manteniendo “algunos hispanófilos o pitibéricos”.
“Es decir por ejemplo que debido a la incapacidad que tenia España en someter a sus colonias por la invasión napoleónica, es que se da la independencia de la nuestra. Esto es negar las tensiones internas, las rebeliones, los alzamientos, los motines desde la misma llegada de los invasores se produjeron”, indicó.
El historiador refiere que los libros reflejan un bostezo colonial, resaltan sólo la presencia de cabildos, gobernaciones, Real Audiencia, Capitanía General de Venezuela, Iglesia, pero obvia el largo sometimiento de sociedad implantada y enseñan que hubo un tumulto el 19 de abril, después de 300 años de descanso, realizado no por los grupos subalternos sino por las elites.
“Eso alimenta la visión de que las élites, los grupos poderosos, la vanguardias establecidas son los que hacen los procesos históricos, mientras que las masas van como borreguitos detrás del líder o de Mesías”, recalcó.
Según el historiador, esta versión de la historia ha reafirmado la visión idílica de que en Venezuela se vivía en paz hasta que el presidente Hugo Chávez llegó al poder. Dicha concepción histórica esconde el complejo de la tesis del pueblo inepto, “el pueblo nunca ha adelantado cambios, el pueblo nunca ha hecho algo importante, que nunca ha hecho revolución o ruptura, pues estos hechos sólo son posible por las élites y el pueblo se ha plegado a las elites”.
Historia centralizada
Otro hecho que refiere el historiador Alexander Torres, tiene que ver con el carácter centralista que se le da en la enseñanza de la historia, tendencia que genera baches e incluso algunos vacíos y la exclusión de la venezolanidad de algunas poblaciones del país.
En este sentido señala que cuando se revisa los libros de historia, el proceso de independencia arranca en 1810 y relata una retahíla de hechos y fenómenos muchas veces inconexos, donde algunas familias y figuras estelares, generalmente centradas en Caracas o en la provincia de Venezuela, pareciera ser lo único digno de exaltar y enseñar.
Torres explica que el proceso de independencia de Venezuela fue múltiple donde existen ritmos regionales y especificidades locales como Margarita, Barcelona, Coro, Maracaibo, Guayana, que tienen su propia lectura de los fenómenos independentistas, y que deben ser considerados para la educación histórica.
“Si nosotros no le damos esa visión poliédrica, esa visión inclusiva, ellos van a tener siempre reticencia con el centro. Porque aquel joven maracucho o coreano cuyas élites no se sumaron a la independencia se va a sentir excluido de la venezolanidad misma”, recalcó el investigador.
Por esta razón Torres refiere que es necesario buscar nuevas alternativas y plantear un currículo educativo que responda a las regiones, para desempolvar y desenredar en esas realidades locales que yacen en los que se llaman provincias y que desde el centro no son visualizadas.
Emancipación del pueblo
Desde el Centro Nacional de Historia se viene haciendo un trabajo de revisión de los documentos que describen los sucesos que ocurrieron durante la gesta independentista.
Este estudio ha permitido determinar, analizando las causas de infidencia de la época, la participación que tuvieron gran cantidad de mujeres, negros, pardos e indígenas en la guerra por la libertad venezolana, hecho que está ausente en los libros de historia de Venezuela.
Alexander Torres señala que dentro de la enseñanza de la historia, no deben desconocerse otros actores nacionales, quienes junto a los héroes independentistas jugaron un papel importante en la gesta emancipadora.
Torres resalta que cada día se reafirma que existió un pueblo ganado para la liberación de su patria, con conciencia de clase y que todos no eran unos analfabetas, un objeto ciego del caudillismo como lo hace ver la historiografía nacional tradicional, sino por el contrario eran personas con una concepción política bastante clara.
“La historiografía de la independencia en su afán de justificar su rompimiento con España exaltó algunas figuras que fueron los blancos criollos. Los mantuanos en algún momento se consideraron como los llamados para alcanzar el proceso de liberación”, indicó Torres.
No obstante, destaca el historiador, después de 1814 ocurrió una fusión de estos héroes y de la necesidad de que los actores históricamente invisibilizados, como por ejemplo los pardos, quienes empezarían a ascender socialmente.
“Entonces en 20 años que duró la guerra de independencia o menos en esa década se logró una movilización vertical ascendente de los sectores excluidos de toda la cultura colonia”, enfatizó.
ABN (Natchaieving Méndez)
La fuente original de este documento es: Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) (http://www.abn.info.ve)
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